lunes, 14 de enero de 2013

En busca de la Fecalidad

Allí donde huele a mierda
huele a ser.
El hombre hubiera podido muy bien no cagar,
no abrir el bolsillo anal,
pero eligió vivir
en vez de aceptar vivir muerto.

Para no hacer caca,
tendría que haber consentido
no ser,
sin embargo, no se decidió a perder
el ser
es decir, a morir mientras vivía.

Hay en la existencia
algo en particular tentador
para el hombre
y ese algo es
LA CACA (aquí, rugido)

Para existir basta con dejarse ser.
pero para vivir
hay que ser alguien,
hay que tener un HUESO,
hay que atreverse a mostrar el hueso
y a olvidar el alimento.

El hombre prefirió más la carne
que la tierra de los huesos.
Como no había más que tierra y bosque de huesos
tuvo que ganarse su alimento, no había mierda
sólo hierro y fuego,
y el hombre tuvo miedo de perder la mierda
o más bien deseó la mierda
y para eso, sacrifico la sangre.
Para tener mierda,
es decir carne,
donde sólo había sangre
y chatarra de osamentas,
donde no tenia nada que ganar
y sí algo que perder: la vida.

Entonces el hombre replegó y huyó.

Lo devoraron los gusanos.

No fue una violación.
Se prestó a la obscena comida.
Le encontró sabor,
aprendió por si mismo
a hacerse pendejo
y a comer carroña
de modo delicado.

Pero de ¿dónde procede esa despreciable abyección?

De que el mundo no está ordenado todavía,
o de que el hombre sólo tiene una pequeña idea del mundo
y quiere conservarla eternamente.

Proviene de que, un buen día, el hombre
detuvo
la idea del mundo.

Se le ofrecían dos caminos:
el infinito exterior.
el ínfimo interior.
Y eligió el ínfimo interior,
donde sólo hay que estrujar
el bazo
la lengua
el ano
o el glande.

Y dios, dios mismo aceleró
El movimiento.

Dios, ¿es un ser?
Si lo es, es la mierda
Si no lo es
no existe.
O bien sólo existe
como el vacio que avanza con todas sus formas
y cuya representación más perfecta
es la marcha de un grupo incalculable de ladillas.

¿Está usted loco señor Artaud, y la misa?

Reniego del bautizo y de la misa.
No hay acto humano
que, en el plano erótico interno,
sea más pernicioso que el descenso
del supuesto Jesucristo
a los altares.

No me creerán
y desde aquí veo como el publico se encoge de hombros
pero el llamado Cristo es quien
frente a la ladilla-dios
acepto vivir sin cuerpo
mientras un ejército de hombres,
descienden de la cruz
a la que dios creía haberlos clavado desde hacía mucho,
se rebeló
y ahora esos hombres
armados con hierro,
sangre,
fuego y osamentas
avanzan, denostando al Invisible
para acabar de una vez con el JUICIO DE DIOS.

Antonin Artaud

martes, 13 de noviembre de 2012



La solución permanente a problemas temporales.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

"Ustedes son fantásticos. Espero que no se enfaden. Adiós, Tim".

Acoso y burlas llevaron al suicidio a Tim Ribberink, joven de 20 años
Dpa
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de noviembre de 2012, p. 44
Ámsterdam, 6 noviembre. Era blanco de burlas y mofa, así como acosado y aislado. El joven holandés Tim Ribberink, de 20 años, no pudo aguantarlo más y se quitó la vida. Hoy será enterrado mientras en el país reina la consternación por este suicido.

En su esquela aparece una foto del joven en la que contrastan sus grandes ojos negros con su pequeño rostro. Tim lucía un corte de pelo moderno y era sonriente. Los padres han sacudido el país con esta esquela de su hijo y agregan la carta de despedida que les escribió: Queridos papá y mamá: durante toda mi vida me han acosado, se han burlado de mí y me han aislado. Ustedes son fantásticos. Espero que no se enfaden. Adiós, Tim.

Para decenas de miles de holandeses leer esta esquela ha sido una señala demoledora y han reaccionado sobre todo en las redes sociales como Twitter y Facebook. Aquellos que acosaron a Tim tienen sangre en las manos, tuiteó Ewoud. Otra persona que se identifica como Ineke escribe: ¿Pero cuándo va a terminar esto?

Los vecinos y conocidos en Tilligte, la localidad donde residía la familia, se han quedado perpleja con lo sucedido. Nadie notó nada del sufrimiento que estaba pasado el joven, y eso que era objeto de humillaciones constantes en la escuela, dijo un portavoz de la familia al diario NRC.next.
También en Internet circularon insultos. Unos desconocidos dejaron comentarios en nombre de Tim en una página en la que se daban opiniones sobre restaurantes. Soy un perdedor y gay, se leía el pasado verano. Los padres acaban de informar ahora al respecto a la policía.

Tampoco en la Facultad de Pedagogía en Windesheim, donde Tim estudiaba, se sabía nada del mobbing. A él le iba muy bien con nosotros, dijo Lex Stomp en declaraciones a la radio holandesa.
Tim quería ser profesor de historia y se preparaba para unas prácticas en el extranjero.
El entorno en la mayoría de ocasiones no capta las señales, afirma el sicólogo y experto en mobbing Bob van der Meer.

Cerca de 10 por ciento de los niños y jóvenes holandeses padecen acoso que los holandeses denominan pestes, término acertado para describir cómo las palabras envenenan a las víctimas y éstas no se pueden defender de esta peste.

Pero se puede hacer algo, asegura van der Meer. Desde 2006, las escuelas siguen un denominado protocolo contra el acoso. Pero eso es muy poco, asegura el sicólogo. Nos conmovemos ante un caso como éste, pero luego no pasa nada, agrega.

Las señales que emite la víctima son difíciles de reconocer, porque no está pidiendo ayuda de forma clara. Y tampoco lo hizo Tim. No siempre tuviste el viento en contra, escribió la familia de Tim en otra esquela que ha publicado. Pero nunca dejaste que se notara nada y no pudimos ver dentro. Ahora nos has conmovido hasta lo más profundo.

 Fuente: www.jornada.unam.mx/2012/11/07/sociedad/044n2soc

martes, 6 de noviembre de 2012

Amanda Todd

Niña acosada deja un video escalofriante en YouTube antes de suicidarse

(CNN) — Su video de YouTube empieza de una forma un tanto inocente. La adolescente canadiense, cuyo rostro aparece oculto en la imagen, sostenía una pila de tarjetas con mensajes escritos con un marcador negro. “He decidido contarles mi historia sin fin”, decía la tarjeta que Amanda Todd sostenía en sus manos.
Hasta aquí el observador no tiene idea de que va a embarcarse en un viaje agónico, uno que ocasionó que la premier de Columbia Británica emitiera una seria alerta contra el bullying; un viaje que ha dado origen a una página de Facebook, en la que miles de personas han dejado sus comentarios y expresado sus condolencias.
En el video, en blanco y negro, y sin audio, la adolescente pasaba una tras otra las tarjetas. Cada tarjeta sumía dolorosamente al espectador en la angustia que muchos adolescentes han vivido en carne propia.

La tarjeta que la adolescente sostenía decía: “Cuando estaba en séptimo grado, me veía con mis amigos a través de una webcam”. En las siguientes tarjetas se revela que la adolescente empezó a atraer la atención de personas que dijo no conocer. Personas que le decían que era hermosa, impactante, perfecta. “Querían que les mostrara mis senos. Así lo hice un año más tarde”, se leía en las tarjetas.
La adolescente recibió un mensaje de un desconocido en Facebook, quien le dijo que si no enseñaba más partes de su cuerpo, publicaría las fotos topless que le había tomado. “Sabía mi dirección, quiénes eran mis familiares, amigos, nombres…”
Durante las vacaciones de Navidad, la policía fue a su casa para informar que las fotos se habían enviado a “todos”. Mostró la siguiente tarjeta muy cerca de la cámara. “Luego me enfermé gravemente: sufría ansiedad, una fuerte depresión y ataques de pánico. Empecé a consumir alcohol y drogas”.
Dice que luchó contra la ansiedad y que durante un año casi no salió. El mismo hombre volvió a aparecer en una página de Facebook en la que mostraba las fotos topless en su perfil. “Lloraba todas las noches, perdí a todos mis amigos y el respeto de la gente… otra vez…”
Fue acosada y sintió que nunca podría borrar esa foto. Empezó a cortarse, una forma de castigarse que, de acuerdo con los psicólogos, es una conducta de control de impulsos que acompaña a ciertas enfermedades mentales.
Durante los recesos, comía sola hasta que se cambió de escuela. “Las cosas mejoraban, aunque seguía sentándome sola”, decía la siguiente tarjeta. “Luego de un mes empecé a hablar con un viejo amigo”.
Pensaba que ella le gustaba aunque sabía que tenía novia. Un día él le pidió que fuera a verlo porque su novia estaba de vacaciones. “Y fui… grave error… Pensé que le gustaba”. Una mano temblaba mientras sostenía las tarjetas; con la otra enjugaba una lágrima de su rostro. Una semana más tarde, la novia de su amigo se presentó en su escuela junto con otras 15 personas. Se reunió una multitud mientras la novia le gritaba que nadie la quería. “Un tipo gritó: ‘Golpéala’…” La golpearon y cayó al piso. “Me sentí como una tonta, pensé que nadie se merece esto”, dice la siguiente tarjeta. “Los maestros llegaron corriendo, pero yo me fui, me tiré en una zanja y luego mi papá me encontró”.
Cuando llegó a casa, bebió cloro. “Me sentía fatal, de verdad pensé que moriría”. La llevaron de urgencia al hospital para sacar los químicos de su cuerpo.
Puso la siguiente tarjeta muy cerca de la cámara para que el espectador no pudiera verla, sino sólo leerla: “Cuando llegué a casa, lo único que decía en Facebook era: ‘Se lo merecía; ¿te quitaste el fango del cabello? Espero que esté muerta”.
Se mudó con su madre a otra ciudad, a otra escuela. Sin embargo, su pasado la persiguió. “Habían pasado seis meses, la gente me etiquetaba en fotos de blanqueador, cloro y zanjas... Todos los días me pregunto por qué sigo aquí”.
Su ansiedad empeoró y se cortaba aún más; a pesar de la terapia y los antidepresivos, fue trasladada de nuevo al hospital a causa de una sobredosis.
La última tarjeta dice simplemente: “No tengo a nadie. Necesito a alguien. Mi nombre es Amanda Todd”. El video ha llamado la atención de muchas personas, incluyendo a la premier de Columbia Británica, Christy Clark.
“Nadie se merece ser acosado. Nadie se lo gana. Nadie lo pide. No es un rito de iniciación. El bullying debe parar. Todos los niños deben sentirse seguros en la escuela”, dijo Clark en un video publicado en YouTube el jueves.
La policía de la Coquitlam, zona conurbada de Vancouver, dijo que el miércoles encontraron el cuerpo de Amanda Todd en su casa. Se quitó la vida. Tenía 15 años.

Publicado por:
Archivado en: Canadá • Mundo

lunes, 29 de octubre de 2012

La venganza del Guasón - Jorge Volpi

Página del autor Jorge Volpi: La venganza del Guasón


¿Cuántas veces ha visto la escena? Ni siquiera necesita pulsar play para que las imágenes se encadenen en su mente, para volver a sufrirlas con desgarradora intensidad. Fuck! ¿Por qué nunca logra escapar en el último momento, por qué siempre termina atrapado por su archienemigo? ¿Qué lo hace sentirse superior, si no es más que un payaso -un niño en su ridículo disfraz- igual que él? Holmes ha rumiado su venganza a lo largo de cuatro años, pero sabe que por fin ha llegado el día. Oculto en su mansión, tullido y abandonado por todos (excepto su insufrible mayordomo), su adversario piensa que ha desterrado el mal inexplicable y abyecto. ¡Iluso! El soberbio eremita no comprende que el mal nunca se extingue; acaso pueda retraerse, como una ola, pero sólo para regresar con una fuerza redoblada.

Holmes revisa la programación de la música y de su arsenal antes de salir de casa. Excitado, se traslada a las cercanías del auditorio, se parapeta en una esquina, y aguarda el inicio de la función. A lo lejos vislumbra a los odiosos fans de su archienemigo: muchachitos que cubren su acné con antifaces negros; niños envueltos en toscas alas de plástico; adolescentes gordas o anoréxicas con ratones alados impresos en la piel; padres y madres cargados con enormes botes de palomitas con el ridículo emblema de su archienemigo. ¡Qué indignos le parecen, de pronto, los humanos! ¿Cómo no querer eliminar la mortecina placidez de sus vidas con una repentina descarga de infortunio, con una súbita dosis de maldad?

Holmes empuña sus armas y se adentra en el reino de su adversario -su cabello rojo, un destello en la penumbra-: no la Ciudad Gótica, sino ese atestado templo donde, al final de la aventura, después de padecer y dudar y ser doblegado por el inmundo Bane (tosco villano), su rival volverá a triunfar. Sólo que en esta ocasión no será así. Nunca volverá a ser así. Porque Holmes ya no es Holmes, sino el Guasón -el perverso y estragado Guasón del fallecido Heath Ledger-, y el Hombre-Murciélago será destruido para siempre. Cuando los primeros estallidos resuenan en la sala, los asistentes piensan en una sorpresa añadida a la première, hasta que los gritos y el horror suenan demasiado reales y la irrealidad del mal absoluto -de ese mal que tan torpemente acomete Bane en la pantalla- los alcanza. ¿Los espectadores querían contemplar la maldad gratuita? Pues allí lo tienen, ríe Holmes, imitando a Ledger, o a Jack Nicholson, o a César Romero.

En su grandilocuente y abigarrada metáfora, Christopher Nolan quiso arrancarle al Hombre-Murciélago su condición de héroe impoluto. ¿Cómo? Obligándolo a dudar entre el bien y el mal. A diferencia de Supermán o el Hombre Araña, cuyo código moral resulta intachable -y deviene, por tanto, infantil-, Bruce Wayne (el Bruno Díaz de los buenos tiempos) se halla siempre en el límite: combate el mal con el mal. Frente a esta trágica disyuntiva, Holmes reinstala, en cambio, el azar y la irracionalidad. Habrá quien lo menosprecie aduciendo que se trata de un pobre diablo en busca de fama. Pero, ¿no son así todos los villanos, de Hitler al Guasón?

No es casual que el perfil de Holmes coincida con el de tantos psicópatas: retraído, amable, con excelentes notas escolares. El hombre normal que se transforma en monstruo. Y otra metáfora: si en la película Bane planea destruir la Bolsa de Valores y un estadio de futbol -el doble fundamento de nuestra mermada civilización-, Holmes da un golpe aún más certero: contra la más contagiosa variedad del entretenimiento global, aquella que incuba y conjura nuestras pesadillas. Tampoco debería sorprender que su especialidad sea la neurociencia: otro científico loco en la lista. Y alguien consciente del poder de las neuronas espejo, esas células que nos llevan a imitar secretamente a los otros, a convertirnos en esos otros por un instante. Las neuronas de la empatía, mas no de aquella que podría haber ligado a Holmes con sus víctimas, sino con el esperpéntico villano derrotado en El caballero oscuro. (Al hablar de su versión del Guasón, Ledger lo definió como un psicópata "sin la menor empatía").

El incidente vuelve a abrir el debate en torno a la violencia de la ficción. ¿Influye en los instintos asesinos? Sin duda. A fuerza de revivir una y otra vez las mismas secuencias de muerte, uno acaba por acostumbrarse a ellas. La solución no radica, sin embargo, en la censura, sino en contrarrestar la violencia con una educación humanista. Justo la que pareció faltarle a Holmes. El episodio del cine Aurora refuerza la necesidad de controlar la venta de armas en Estados Unidos -más que los miles de muertos en México, a ojos de su sesgada opinión pública-, pero sobre todo nos recuerda la fragilidad de una sociedad que, en vez de privilegiar la empatía por los débiles, exorciza sus demonios con fábulas de héroes y villanos solitarios que combaten entre sí al margen de la ley.

  Jorge Volpi [Publicado el 29/7/2012 a las 14:22]