sábado, 27 de agosto de 2011

El mar Rubí

Escribo para dejar huellas, aunque desconozca que camino voy trazando, pero es una forma de sacar lo que uno tiene por dentro ya sea catarsis, vomito verbal, rabia, pendejadas.
Escribir para dejar huella y no ser olvidado.

Quizá hoy como Rimbaud mi espíritu soltó de la cuerda que me ataba de mi hogar y se fue hacia el mar muerto, el mar de Rubí. Mi espíritu se agitó y se marcho en las aguas rojas sin prestar resistencia cedió al manejable mar para llevarme a la isla desolada, al infierno.

Nadie ha visto el infierno, pero se siente la pura inexistencia del averno.

La tormenta ha comenzado, lo bueno en mi se desvanece y como niebla oscura de mi alma cubre el sol de mis ilusiones.

Soy un mortal y navegaré entre los muertos, navegaré en el mar de Rubí, se dice que es un laberinto de las profundidades oceánicas que ningún alma puede salir con la victoria, ahí todos duermen.

Hoy mi alma navega en el mar de Rubí.

Miodradek.

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