Agradezco a Leonora por los grandes momentos que pase junto a ella, llegó a mis llamados de media noche, llegó a habitar en mi infierno y se convirtió en guardiana de mi soledad, negra como la noche con ojos destellante cual estrellas gitanas del mar oceánico, y así como yo, se fue de repente a ronronear a la vía láctea.
Existes porque te pienso.
(No murio, se fue)
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