El 15 de Septiembre de 1959, fui testigo de la sangrienta
secuela de una explosión de bomba en nuestra escuela primaria. Un loco se mató
junto a otras cinco personas al detonar una poderosa bomba en los terrenos de
la escuela.
Fue un evento extremadamente difícil para mi y mis
compañeros del sexto grado, nadie le otorgó mayor consideración a nuestra
experiencia traumática.
Es más, casi nada se comentó al día siguiente cuando
regresamos al colegio.
Aquellos de nosotros que sobrevivimos la explosión y que
vimos aquellos cuerpos, nos convertimos en parte de la conspiración de silencio
y negación, condenados a tratar de recuperarnos de esa "admirable
imagen".
El recuperar esa imagen de mi memoria necesariamente me ha
acercado mas a la muerte, y me ha llevado a examinar nuestras actitudes
culturales que niegan la muerte. El historiador Philippe Ariés describe esta
actitud como la "muerte prohibida". Tal vez en nada se encuentre
mayor negación que con respecto a ese tabú social del suicidio.
Mi actual proyecto, la serie sobre el SUICIDIO, procura
tocar ese tema socio-psicológico con una mirada irónica, viendo el suicidio
tanto del lado serio como de la perspectiva humorística. Las fotografías son
escenas construidas y dirigidas en donde se me ve a mi mismo en un acto suicida
en una variedad de formas extravagantes. Trato de adelantar la credibilidad de
las escenas al presentar información hyper-realista proveniente del uso del
formato 8"x10" al mismo tiempo que ampliar las fotografías a medidas
muy grandes de 32"x42" en blanco y negro.
René Magritte dijo que no debemos temerle a la luz del día
solo porque casi siempre tiende a iluminar a un mundo miserable, y así es con
mis fotografías que intentan presentarle al espectador varios de los temas
relacionados con miseria y muerte --reconocer la negación de la muerte, la
cohesión con el yo, conductas auto-destructivas y enajenadas-- contra un fondo
de humor.
En este contexto, el humor es más que una forma astuta para
llegar a nuestras partes mas oscuras. El humor también es una reafirmación de
vitalidad y de poder reconstructivo para mantenernos a lo largo de esa larga
travesía en los senderos que se bifurcan entre el arte y la vida, al margen de
cualquier imagen que recuperemos o de la cual hay que recuperarse.
Bill Thomas. 1997
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